Son pretensiones y esfuerzos vanos. Si esta alma tiene algo de experiencia, no se afectará en nada al oír este griterío, y permanecerá sin turbación ni inquietud alguna en esa paz tan íntima, en la que con tanto fruto se ejercita su amor. En ese centro es donde hallará su descanso o, si se quiere, ahí encontrará la línea recta trazada por el mismo Dios, la que ella seguirá siempre. Avanzará continuamente por ella, y en cada momento todos sus deberes le serán marcados siguiendo la dirección de esta línea. A medida que se vayan éstos presentando, ella los cumplirá sin vacilaciones y sin prisas. Y en todo lo demás guardará una absoluta libertad, siempre pronta a obedecer las mociones de la gracia en cuanto las sienta, abandonándose así al cuidado de la Providencia.
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